La lápida de James Turrell


La luz es esquiva, efímera, y es imposible de embalarla, esta lápida habla de Turrel: la luz como su principal materia prima.

La luz se convirtió en pintura y pincel, lápiz y papel, para él, su única herramienta. Inventó métodos para exhibir la luz, darle contenido y significado, contextualizarla, contenerla o dejarla fluir libremente por el espacio. Esta obra parte de ese concepto y utiliza además tres capas de acrílico que sintetizan las preocupaciones sobre el modo en que el hombre ocupa el espacio: la densidad, el crecimiento de la población, la distribución de esta, las zonas aún no tomadas, etc. La potencia de la luz se refuerza con los colores utilizados, rosa, verde, negro, blanco, la instalación desafía nuestra mirada y nuestra comprensión de la luz. Las formas geométricas son potenciadas por la luz y nos arroja a una lectura de las capas de acrílico, de tonalidad a tonalidad, y con cierta sensación de movimiento.

Obra que formó parte del Art Base Cities, Buenos Aires 2018, Eternity de Maurizio Cattelan.